Capitulo Trece

CAPÍTULO 13: LA CONFESIÓN


-Una vez en el pueblo -Continuó la criatura- vivía en la casa abandonada que hay en el camino a la Playa Xelín, la del pozo.
Para no levantar sospechas, por la noche atacaba a turistas en los pueblos vecinos.
Excepto una noche, en la que olfateé tu sangre y escuché los latidos de tu corazón joven bombeándola y no lo pude resistir.
Tuviste suerte de que tu padre formara parte de un grupo de vecinos tanto de Ametlla de Mar como de los otros pueblos y estuvieran allí para darme caza.
Eso nos salvó tanto a ti como a mí. Hui hasta llegar a Barcelona, oculto en el camión de un transportista.
Me bajé en marcha al pasar por al lado de la parada de metro de La Pau, donde he estado viviendo alimentándome de la sangre de roedores, gatos callejeros y perros abandonados durante muchos años, ya que de no ser así los humanos me hubieran acabado encontrando.

-Pero llevas unos meses alimentándote de sangre humana... ¿Qué ha ocurrido para que te vuelvas a exponer a que te acaben atrapando? -Preguntó Enric.

-La culpa la tiene otro ser que no mata por necesidad como hago yo, sino por placer.
Él fue quien asesinó a aquel indigente en el último vagón, haciendo que el fuerte olor a sangre me impidiera controlarme.
Le he estado siguiendo para conocerlo mejor y eso es lo que ha hecho que siguiera alimentándome más veces de sangre humana.
Le he intentado matar en dos ocasiones: en la primera se me escapó pero pude arañarlo y gracias a ello probar su sangre para así poder encontrarlo aunque esté a una distancia de algunos kilómetros. En la segunda, no llegué a tiempo, era la casa de una chica y una explosión hizo que huyera de allí con varias quemaduras graves en la piel.
Puedo regenerarme, pero para conseguirlo con más rapidez, tuve que alimentarme de la sangre de un grupo de jóvenes.  
Esta noche, al volver a oler tu sangre y seguirte, vi claro que eras la solución a mis problemas por estar implicado en el asunto.

-¿Implicado en el asunto? ¡Si soy tan sólo un simple profesor académico!.

-Exacto. Pero no un profesor cualquiera: el profesor de una de las víctimas y también... el de su verdugo.

-¿Estás diciendo que el asesino es uno de mis alumnos?

-Efectivamente, por eso estoy seguro de que me ayudarás a acabar con todo esto. Así yo volveré a no molestar más a los humanos y vosotros evitareis más asesinatos por parte de ese chico.
Te dejo un rato para que vayas atando cabos y me des una respuesta al verlo todo más claro.

El vampiro lo dejó solo. Enric empezó a buscar en su mente cual de los alumnos podía cometer tales atrocidades hasta que recordó las palabras de la madre de Joan.
Tenía que ser él: su interés desmesurado por sus lecciones, su comportamiento con los padres, el que saliera de noche sin amigos, el hecho de que Carla fuera detrás suyo...

-Y bien, ¿Aceptas ayudarme?

-Sin dudarlo, por el bien de todos. ¿Que propones que hagamos?                         

La criatura que antes fue humana y se llamaba Francesc, explicó al profesor el plan que tenía pensado, paso por paso.

CAPÍTULO FINAL: CABOS SUELTOS