Capitulo Sexto

CAPÍTULO 6: EL SEGUIMIENTO


CAPÍTULO 6: EL SEGUIMIENTO


El vampiro fue hacia la parada del metro de La Pau, en un momento en el que no pasaba el suburbano. Subió las escaleras sin que nadie se diera cuenta.
Había poca gente en la estación y los que lo vieron, pensaban que era un yonkie y se apartaban con asco.
Subió por las escaleras mecánicas y lo que vio le gustó: Un descampado poco transitado donde aparcaban vehículos tanto los vecinos como los que iban a trabajar por la zona.
Así sería menos visto.
Llegó hasta una plaza, donde habían tan sólo algunos borrachos o jóvenes fumando porros.
Se sentó en la acera de enfrente de la escalera de donde procedía el olor a sangre de Joan y esperó.
Nadie le molestó, acostumbrados a ver gente que no era del barrio por allí.
Pasada casi una hora y media, una señora mayor que cojeaba un poco, sacó unas llaves, abrió la puerta y entró.
Justo antes de que se cerrara la puerta, el vampiro la sujetó para que no se cerrara y esperó.
Cuando oyó que la señora ya subía por el ascensor, entró en la portería y subió por las escaleras.
De casualidad, la anciana era la vecina de Joan.
Escuchó como ella cerraba la puerta desde dentro con mucho ruido, como si tuviera muchos cerrojos.
Por el momento, la criatura no haría nada, pero de tanto en tanto iría por las noches por aquella zona, para poder vigilar a su presa.
Algunos vecinos ya le habían visto por allí, así que no levantaría sospechas.
Eran frecuentes en esa zona los pisos en venta o en alquiler, aparte de las amistades que venían de fuera a visitar a los que allí vivían.
Lo que el vampiro no sospechaba, es que más adelante notaría el olor de la sangre de otra persona que también le sería muy familiar... 

CAPÍTULO SÉPTIMO: Carla